Los años noventa marcaron el declive definitivo de la minería. El primer Plan del Carbón trajo cierta estabilidad y mejores condiciones, pero los cierres se sucedían. El 31 de diciembre de 2018 dejaba de producir la última mina leonesa, La Escondida, en Caboalles de Abajo. Hasta aquí llegaba el carbón leonés. Quedaba por delante la incertidumbre del futuro.