El precio de la mantequilla ha subido desde el mes de enero un 40 por ciento. Lo notamos nosotros, los consumidores, pero sobre todo las pastelerías que además estos meses tienen que trabajar el doble para poder atender la demanda de dulces propios de Todos los Santos y la Navidad. En definitiva, cuesta más producirlos y, eso, repercute en un mayor precio para el cliente.