¿Cómo queremos que sean nuestros niños en el futuro? Esa es la pregunta a la que trata de dar respuesta la disciplina positiva. Una nueva forma de educar a los hijos sin caer en los castigos o las amenazas.
Se ha dado un salto generacional. Frente a la educación autoritaria, la disciplina positiva se basa en el respeto mutuo. Arantxa Arroyo es profesora de esta metodología y codirectora del centro educativo Magea en Burgos, donde imparten talleres para familias y docentes y lo explica con la frase de una de las creadoras de la disciplina positiva, "¿de dónde hemos sacado la loca idea de que para que un niño se porte mejor primero hay que hacerle sentirse peor? Todo eso engloba castigos, amenazas, castigo físico, humillaciones, comparaciones".
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