Como las historias de cuento, esta comienza con una bonita luna de miel. Después, un hijo, una pandemia y demasiado alcohol. En el Día Contra La Violencia de Género, una víctima cuenta en Castilla y León Televisión su testimonio.
El alcohol se convirtió en una vía de escape durante dos años de golpes e insultos. 'Bebía cuando tenía problemas, cuando estaba sola. Se convirtió en mi otra alma. No sabía cómo salir de la situación, cómo seguir para adelante.', reconoce esta mujer que terminó siendo atendida por el servicio de atención integral a víctimas de violencia de género y trastorno por uso de sustancias, dependiente de la Consejería de Familia, y gestionado por la Fundación Aldaba-Proyecto Hombre.
Desde su puesta en marcha hace dos años un equipo profesional multidisciplinar ha ayudado a 9 mujeres víctimas de violencia de género a romper con la doble dependencia, la emocional y la del alcohol. Detrás hay un trabajo de reconstrucción, de recobrar la confianza y la autonomía. Se trata de un servicio residencial y vinculado al tratamiento terapéutico en el programa FRIDA. 'Me han dado las alas.', afirma esta mujer.
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