Un de las novedades de este curso es que en todas las etapas hay que trabajar las matemáticas socioafectivas. Un aspecto que no aparece bien reflejado en los libros. Los profesores tiran de imaginación: algo tan sencillo como los juegos de mesa se convierte la perfecta herramienta educativa.

Con la nueva ley educativa, la LOMLOE, los profesores tienen que desarrollar en clase el contenido socioafectivo de las Matemáticas de forma transversal. Y esto consiste en enseñar a gestionar las emociones, reducir la ansiedad y mejorar la percepción que tiene el alumno de sí mismo frente a la asignatura. 

Este aspecto también tiene en cuenta el entorno, cómo se sienten los niños y las niñas ante otros compañeros cuando tienen que exponer sus conocimientos matemáticos. Herramientas como los LEGO, los robots o los juegos de mesa ayudan a conseguir estos objetivos. 

En la Universidad de Burgos imparten talleres para profesores en activo o estudiantes del grado. Y ya hay experiencias que avalan el éxito de esta nueva forma de enseñar las Matemáticas. 

El colegio Amor de Dios Santísima Trinidad de Zamora lleva cuatro cursos desarrollando el aprendizaje basado en el juego. Son un buen ejemplo del desarrollo de las Matemáticas socioafectivas. Y han dado un paso más: aplican los beneficios del aprendizaje a través del juego a otras asignaturas como lengua.  

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