La mascarilla sigue siendo un escudo para los más jóvenes frente al Covid. Pero también se convierte en una máscara para ocultarse a partir de los doce años. Buena parte de los adolescentes han encontrado en las mascarillas un aliado para esconder los granitos del acné o el aparato de los dientes. Los más tímidos o inseguros de momento se aprovechan de la mascarilla para pasar inadvertidos.
Cuando las mascarillas se retiren definitivamente, y ya no haya escusas, los especialistas en infancia y juventud señalan que jóvenes con baja autoestima pueden manifestar algún problema de ansiedad. Lola Jiménez, miembro del Colegio Profesional de Psicólogos de Castilla y León, señala que "en los casos en los que de forma natural y poco a poco con acompañamiento no lo pueden retirar, siempre se puede buscar la ayuda de un profesional de la Psicología".
La mascarilla es una costumbre para ellos. Los adolescentes necesitan tiempo, igual que los mayores, para volver a mostrar el rostro sin complejos y con seguridad.
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