Con más frecuencia de la que imaginamos los profesores tienen que ejercer de mediadores entre padres separados de sus alumnos. Ocurre por ejemplo cuando uno de los progenitores no quiere que el otro acuda a la función escolar o cuando no se ponen de acuerdo a la hora de matricular de algunas asignaturas optativas.
Los equipos educativos no tienen los suficientes conocimientos jurídicos para actuar ante estas situaciones. Para darles una solución la Consejería de Educación puso en marcha el pasado mes de junio un servicio de respuesta inmediata que asesora a colegios e institutos cuando los progenitores del alumnado menor de edad no conviven. Desde entonces se han atendido más de 40 consultas.