Operación Polinizador es un interesante proyecto para mantener a los insectos en el campo. Este programa lleva seis años en marcha en España, promovido por Syngenta y con la colaboración de instituciones científicas como el CSIC. En Castilla y León se desarrolla en varias zonas. Una de ellas es la Bodega Abadía Retuerta en la Ribera del Duero, Valladolid.

En sus viñedos han comprobado el beneficio de mantener el hábitat de estos insectos sembrando plantas autóctonas como amapolas, cilantros o tomillos. Son las denominadas bandas multifuncionales o márgenes florales. Una nueva práctica agrícola que dedica el 3 % de los cultivos a conservar zonas sin compactación. Son 'zonas baldías que ayudan a aumentar la biodiversidad y a mejorar los cultivos', señala el técnico de Syngenta, Luis Miranda.

Estas plantas atraen a insectos polinizadores como abejas solitarias, mariposas o moscas que son las encargadas de llevar el polen de unas plantas a otras para que salgan los frutos. También aparecen otros insectos como la hormiga león o las mariquitas que se alimentan de pulgones y ayudan a erradicar las plagas. Así se minimiza el uso de productos fitosanitarios como destaca el encargado del viñedo en Abadía Retuerta, Luis Carlos de la Calle.

La Operación Polinizador ha logrado aumentar el número de especies en la zona. Es llamativo el incremento de insectos endémicos de la Península Ibérica y de Castilla y León. En Abadía Retuerta el proyecto se desarrolla desde 2016. El entomólogo encargado de la investigación, Óscar Aguado, destaca que 'el año pasado obtuvimos un total de 67 especies de insectos polinizadores y este año estamos ya cerca de las 84, que son bastantes más. El año pasado encontramos siete especies endémicas y este año encontramos nueve.'

Esta iniciativa cumple con dos objetivos de la Unión Europea para 2020: mantener el suelo y el agua. Además atrae la llegada de aves y otros animales de la zona cerrando así el círculo de la biodiversidad.