La sombra de la COVID-19 amenaza de nuevo las celebraciones de Nochevieja. Las cancelaciones de grandes eventos se encadenan por toda la comunidad en la última semana del año. El primer paso lo dieron primero algunos ayuntamientos como el de Simancas, Valladolid, tomando la decisión de suspender la Fiesta de Año Nuevo y de Reyes.
Los organizadores privados y hosteleros que han decidido suspender, ahora defienden su decisión por responsabilidad. Con las medidas actuales ven imposible una celebración segura. "Estaba diseñado para que no hubiera un contacto, pero en una fiesta cotillón en el momento en el que la gente se pone a bailar pierdes el control", señala Julio César Álvarez, responsable del grupo Hosteleón, tras cancelar el baile cotillón previsto para la noche del 31 de diciembre.
Entre los jóvenes hay disparidad. Algunos están cancelando sus planes por miedo al contagio revendiendo sus entradas o pidiendo la devolución del 50% del importe. Mientras, otros se niegan a renunciar a la fiesta de Nochevieja.